Un grande de andar por casa

Un grande de andar por casa

El otro día coincidí en una cafetería con Juan Carlos Armas. Doy por hecho que no hace falta decir quién es. Se me quedó mirando, supongo que porque le sonaba mi cara y le saludé: «Hola Juan Carlos, ¿qué tal estás?» y me devolvió el saludo de forma amable con una sonrisa a la altura de sus diseños. Imagino que estaría realizando ese ejercicio que hacemos todos cuando alguien nos suena pero no recordamos.

Tiene memoria fotográfica Juan Carlos Armas porque nos hemos visto dos veces, tres con la del otro día desde 2008. La primera vez fue en la presentación de su colección Borboleta en Santa Cruz de Tenerife. Yo era un fotógrafo más de los que estaban allí cubriendo el acto y nuestra conversación se redujo a pedirle la foto de rigor para la revista que trabajaba.

La segunda fue en alguna gala de la reina del Carnaval antes de que se dedicara a dirigirlas, en ese bis a bis impersonal que es la media horita que la prensa tiene acceso al backstage para fotografiar a las candidatas.

Recuerdo como mínimo una entrevista que realicé con él como invitado en el programa 3o minutos de Carmelo Rivero y de verlo a través de mis cámaras en las numerosas retransmisiones de actos del carnaval que he hecho para la cadena pública.

Siento profunda admiración por los profesionales que consiguen la excelencia en su trabajo y creo que él es uno de los estandartes de la moda de nuestro archipiélago. Así que no sé si se me quedó mirando el otro día porque me recordaba, porque me parezco a algún amigo suyo o porque como casi siempre visto de negro pensó que era un camarero, pero para mí que Juan Carlos Armas me salude simplemente merece un artículo.